A principios del siglo se llevan a cabo una serie de construcciones con implicaciones importantes en el urbanismo de Alcañiz: dos operaciones de reforma interior, la construcción del teatro y del mercado inician y contribuyen al desplazamiento de la actividad comercial y recreativa desde la calle mayor a la calle Alejandre primero, a la calle Blasco después y, finalmente, a la avenida de Aragón. La construcción de la estación de ferrocarril determina la expansión de Alcañiz al otro lado del río configurándose como zona industrial, de servicios y residencial en menor medida: la clausura del ferrocarril paraliza la actividad de la carretera de la estación, en beneficio de la de Zaragoza, con la aparición e industrias relacionadas con el transporte por carretera.
La construcción del puente nuevo abre nuevas expectativas de crecimiento en dirección este que no tardarán en materializarse, encontrando en sus proximidades asentamiento propicio la plaza de toros, la Ciudad Deportiva y varios centro educacionales.
En la década de los años treinta se llevan a cabo las gestiones de lo que será la operación urbanística de mayor transcendencia del presente siglo: la expropiación de terrenos para la apertura de una nueva calle: la avenida Aragón. Se concibe en principio como zona residencial de baja densidad, pero pronto se manifiestan las posibilidades de la nueva vía, cuyo atractivo comercial y residencial fuerzan, a partir de los años sesenta, a su construcción masificada, provocando de forma definitiva la expansión de la ciudad en esta dirección, y vaciando de contenido urbano el casco histórico.
En 1966 el Ayuntamiento de Alcañiz aprueba el Plan General de Ordenación Urbana, acción de extraordinaria importancia porque dota por primera vez a la ciudad de un instrumento racional para la ordenación, comprobación y seguimiento de la actividad urbanística.
Años más tarde la zona de los antiguos Viveros se comienza a consolidar como una prolongación de la comercial y residencial avenida Aragón. Hoy en día es, junto a la citada, otra importante área residencial.
Respecto a las afueras de la ciudad, exactamente la carretera Zaragoza, deja de ser un núcleo meramente industrial para convertirse también en otra área residencial. Todo ello facilitado por la creación de un nuevo colegio al otro lado del puente que ha hecho que toda esta zona se dote de nuevos servicios, algunos de ellos todavía por implantar.