El Ayuntamiento de Alcañiz ha recibido carta fechada el pasado 18 de noviembre y remitida por la compañía eléctrica Enel en la que solicita la resolución de mutuo acuerdo del contrato de arrendamiento que la eléctrica iba a mantener para el uso de 190 hectáreas de terreno para la edificación de una planta fotovoltaica con la que se planteaba una potencia instalada de casi 29 megavatios. La carta comunica la renuncia por parte de Endesa a la ubicación y explotación allí de estos paneles solares, parte de un amplio proyecto de más de 500 hectáreas de instalaciones fotovoltaicas también ubicadas en Andorra y en Híjar, y que supondría para las arcas del municipio alcañizano más de 300.000 euros anuales sólo en el canon de uso de los terrenos. En el origen de esta inversión fallida, el retraso del Ministerio de Transición Ecológica en la tramitación de expedientes; el próximo 25 de enero caducan las concesiones de potencia para edificar nuevas explotaciones en energías renovables, y están atascados 100 gigavatios de grandes instalaciones de toda España, entre ellos Alcañiz.
“Los mismos criterios del Inaga que dan luz verde a Motorland o a la futura autovía A-68”, explica el alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, “terminarán por malograr una inversión importante para nuestra ciudad, en términos de transición energética y también en términos financieros para el municipio”. Alude Urquizu a la declaración de impacto ambiental desfavorable que el Ministerio dictaminó a principios de este año, declaración basada en un informe del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental con argumentos que, en parecidos términos, sí permiten instalar otros proyectos. “Tras esa declaración, Enel presentó un proyecto modificado, en una serie de términos para lograr una autorización positiva”, pero, según explica el alcalde de Alcañiz, esa modificación no ha recibido respuesta alguna por parte del Ministerio.
Con lo cual, los plazos se echan encima. El próximo 25 de enero, todas aquellas instalaciones que no tengan visos de viabilidad perderán sus derechos de potencia instalada. “Es prácticamente imposible, incluso aunque Enel tuviera luz verde positiva mañana mismo, que pudieran poner en marcha el proyecto para llegar a tiempo a justificarlo antes de ese 25 de enero”, señala el primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento, Javier Baigorri. “Estamos decepcionados con el resultado de este proceso. No sólo en términos de apuesta por las energías renovables”, confirma Baigorri, “sino por la reducción de ingresos que esto implica. Estamos viendo ejemplos de numerosos municipios que pueden sacar adelante inversiones, servicios públicos muy demandados por la ciudadanía y nuevos puestos de trabajo gracias a los ingresos que aportan estos proyectos energéticos”.
“Hicimos una apuesta por las energías renovables como palanca de desarrollo en el Bajo Aragón”, manifiesta Ignacio Urquizu, “pero no está saliendo como esperábamos. Tenemos la sensación de que se ha volado con el cierre de la central de Andorra”, recuerda el alcalde, aludiendo al impacto en empleo que este cierre ha tenido también en Alcañiz, “y sin embargo no se está yendo igual de rápido en la puesta en marcha de los proyectos de transición energética. Ahora nos toca defender los derechos del Ayuntamiento y replantearnos cómo redefinir esos terrenos”. De momento, este pasado 13 de diciembre, el Pleno municipal ha tomado cuenta y conocimiento sobre esta resolución del canon de uso de esas 190 hectáreas propuesta por Enel, en la que Alcañiz solicitará que se respeten las aportaciones acordadas durante este 2022.
Y, mientras tanto, el Bajo Aragón quedará a la espera de que la Unión Europea siga dictando reglamentos que simplifiquen la instalación de plantas de generación de electricidad a partir de fuentes renovables, con la vista puesta en la futura directiva europea de Energías Renovables, la llamada RED IV. “Esta nueva normativa implicará una interpretación más flexible respecto de las figuras de protección ambiental, en especial a especies de aves”, expresa el alcalde de Alcañiz con expresa referencia a los planes de protección del cernícalo primilla que están en el origen de la declaración negativa que ha tenido la planta solar de Alcañiz. “Es curioso, cuando estamos hablando de una especie avícola que precisamente se desarrolla en hábitat humanizado”.