“Igual que Delfos fue el ombligo del mundo, Alcañiz es hoy el ombligo de los estudios humanísticos en España”.
Con estas palabras resumía el doctor Juan Gil, académico de la Real Academia Española (RAE), la importancia del XI Curso Interdisciplinar de Humanidades que finalizó el 23 de noviembre en Alcañiz y, en general, lo destacado de toda la actividad del Instituto de Estudios Humanísticos (IEH). En el acto de clausura, además de Gil, intervinieron el alcalde de Alcañiz y presidente del IEH, Juan Carlos Gracia, el director del Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel, Gaudioso Sánchez, y el director del IEH y ‘alma mater’ del Curso, José María Maestre. El turno de palabras lo abrió el alcalde alcañizano, quien agradeció la presencia en el Curso de reconocidos eruditos como el propio Juan Gil. Para Gracia, la actividad del Instituto de Estudios Humanísticos “sitúa a Alcañiz en los primeros lugares de importancia nacional en el análisis y divulgación del mundo clásico y su pervivencia”. El primer edil se refirió asimismo al símbolo del IEH, también presente en el escudo de la ciudad: “la caña, fiel reflejo de nuestro carácter, que puede doblarse ante las adversidades pero no se quiebra, y vuelve a erguirse una y otra vez”.
Igualmente convencido de la relevancia de la humanística en Alcañiz se mostró el director del Instituto de Estudios Turolenses –entidad de la Diputación Provincial de Teruel a la que se adscribe el IEH-. Para Gaudioso Sánchez, “la labor del Instituto de Estudios Humanísticos es muy importante y continuada, por la que cabe felicitar a impulsores como José María Maestre e Ignacio Micolau”. Además, el director del IET mostró su "total adhesión a la petición del IEH de cortar la marginación de los estudios clásicos en la revisión de la legislación educativa: quien pierde sus raíces, pierde su identidad”.
Tras el presidente del IET, en la clausura del Curso intervino Juan Gil, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Sevilla y sillón “e” de la Real Academia Española, quien además de resaltar nuevamente la importancia de Alcañiz en el panorama humanístico tuvo un emocionado recuerdo para “un aragonés y académico de la RAE que ha fallecido hoy mismo, el cineasta José Luis Borau”. Con su brillantez habitual, Gil explicó que en el mundo antiguo la mala suerte la representaba el número 11 y no el 13 actual: “superado felizmente nuestro año once en el Curso de Humanidades, sin duda los superaremos todos”, anunció para regocijo de los presentes.
Las palabras finales de un Curso marcado por la erudición y por la defensa de la cultura como salida a la crisis las pronunció el director del IEH, quien a la sazón fue alumno de Juan Gil. José María Maestre recordó nuevamente a Luis Charlo Brea “un hombre bueno que hizo mucho por el humanismo y por el Instituto y que siempre estará en nuestra memoria”. Además, el dirigente del IEH defendió que “lo cultural y lo intercultural son más necesarios que nunca, y los políticos deben aprender de culturas diferentes, pasadas y actuales, para no recaer en errores pasados”. Maestre tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas e instituciones que hacen posible el IEH y su actividad; entre los citados figuraron la anterior directora del IET –presente en la clausura-, Montserrat Martínez, el actual director de la entidad turolense, Gaudioso Sánchez, y el director técnico del Curso y técnico de Cultura del Ayuntamiento de Alcañiz, Ignacio Micolau, de quien dijo que era “el padre de todo esto”.
El director del IEH, recordando el 600 aniversario de la Concordia de Alcañiz, finalizó su emotivo discurso con una frase -primero en latín y luego en español- ya pronunciada en el acto inaugural: “Brillen en todos los españoles la concordia y la paz, pues una nación unida puede más que dividida”.