El concurso de jóvenes promesas del violonchelo Jaime Dobato Benavente-Ciudad de Alcañiz recupera su sitio en el calendario cultural de Alcañiz y convocará su XI edición los próximos días 22, 23 y 24 de septiembre, con el objetivo de seguir siendo referente cultural y musical del Bajo Aragón y de toda España. Las bases se publicarán a lo largo de este mes de marzo, y se difundirán por los conservatorios de todo el país. Las audiciones del concurso se llevarán a cabo en el Teatro Municipal, de manera que el Ayuntamiento y la asociación Cabriante trabajarán de manera coordinada para la divulgación del certamen y su correcta organización; se trata de un concurso conocido y reconocido por su trayectoria, su prestigio y por la proyección que reciben sus participantes, entre 30 y 35 a lo largo de todas las ediciones que se han venido celebrando desde 2010.
Dos años de pandemia han interrumpido la organización de este evento, cuyo regreso enorgullece a la Asociación Cabriante, promotores de la cita, y mueve la participación comprometida del Ayuntamiento de Alcañiz, que invertirá 8.000 euros en realzar la difusión y la promoción de estos tres días de convivencia, concurso y repaso por la cantera del violonchelo a nivel nacional. Músicos en programas televisivos, ganadores de certámenes profesionales a nivel nacional e internacional, intérpretes de alto nivel pasan cada año por Alcañiz para probar su desarrollo. “Sabemos que la planificación de los cursos en las escuelas de música del país pasa por este concurso, podemos decir que Alcañiz es la ciudad del chelo”, señala Paz Benavente, coportavoz de Cabriante.
Y su compañero Vicente Dobato confirma una de las claves que hacen que este certamen mantenga una pureza y un prestigio imborrables. “Cada año el jurado se renueva. Son cuatro miembros, más el presidente, y nos es difícil encontrar nuevas personas”, pero esa rotación permite mantener una objetividad absoluta y también un apoyo completo y sin fisuras hacia todos los participantes, niñas y niños hasta los 19 años, divididos en dos categorías. “Vienen con sus familias y con sus maestros, es un evento también social y familiar que sirve para posicionar Alcañiz dentro del mapa cultural a nivel nacional”, señala Jorge Abril, concejal de Cultura. “Estamos muy contentos y agradecidos a Cabriante por poder recuperar esta celebración, un referente musical”.
La organización del certamen recuerda que una de sus señas de identidad es el fomento de la relación, convivencia y proximidad entre los concursantes. Los lazos personales, la afectividad por encima de la competición. Este carácter cercano sufrió los avatares de la pandemia del coronavirus, ahora Cabriante regresa admitiendo solicitudes hasta el próximo mes de julio. “Hemos hecho una apuesta importante desde el Ayuntamiento de Alcañiz por este certamen de jóvenes promesas”, señala Jorge Abril, “un elemento fundamental dentro de nuestra estrategia de promoción de las artes y la cultura musical, en especial la música clásica, que es un elemento fundamental y definitorio de la cultura alcañizana”. El área de Cultura del Ayuntamiento seguirá trabajando con la Asociación Cabriante para dar apoyo a esta XI edición, así como las de años sucesivos.
Porque, en este sentido, Cabriante es una entidad viva, con 300 socios, mucho apoyo ciudadano y asociativo a favor de su actividad, y una junta directiva comprometida. El concurso, en fin, es un homenaje y recuerdo a Jaime Dobato Benavente, jovencísimo violonchelista alcañizano fallecido en accidente, cuyo interés por todos los aspectos y facetas de la creación artística permitía aventurar un futuro pleno de expectativas. Cabriante es, recuerda la web de la asociación, el último de los países que gestó la imaginación de Jaime, un símbolo que “sirve para recordarnos permanentemente que las quimeras son alcanzables y que siempre podremos acariciarlas si ponemos trabajo y generosidad al servicio de nuestro anhelo”.