La construcción del mercado se inició también en el siglo XIX, inaugurándose en 1872. Más tarde, en 1932, sufrió una importante remodelación que supuso, fundamentalmente, el cubrimiento de toda la nave central.
Este edificio se basa en la adaptación de la típica estructura basilical a un edificio de utilidad pública: tiene planta rectangular, dividida por medio de pilares en tres naves, la central más ancha y alta que las laterales.
Hasta hace poco se albergaba en él un espacio dedicado a los jovenes. En la actualidad está siendo reformado para albegar un espacio para los más pequeños, siendo el anterior espacio trasladado a los torreones medievales.