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  • 2010-06-08
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  • Castillo de los calatravos - parador nacional

  • Castillo de los calatravos - parador nacional

    El castillo está situado en la llamada loma de Pui Pinos. A él se accede tras ascender por el pronunciado camino de ronda y tras pasar por el robusto arco de entrada, el cual, siguiendo el esquema de las fortificaciones islámicas, se dispone perpendicularmente al muro.

  • Castillo Calatravos, s/n
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  • El castillo está situado en la llamada loma de Pui Pinos. A él se accede tras ascender por el pronunciado camino de ronda y tras pasar por el robusto arco de entrada, el cual, siguiendo el esquema de las fortificaciones islámicas, se dispone perpendicularmente al muro.

    Los últimos estudios llevados a cabo parecen indicar que el primitivo castillo de Alcañiz fue una de las primeras construcciones de la península en adoptar, a principios del siglo XIII, el modelo denominado Felipe Augusto, caracterizado por su planta regular, por las torres que la flanquean y por la existencia de un patio interior al que dan las diversas dependencias. En él se distinguían una zona con clara funcionalidad religiosa -localizada en la parte norte- y otra de carácter militar -emplazada en la parte meridional. Los principales restos de la zona religiosa son la capilla, el claustro y el conjunto de la torre del Homenaje; los restos de la zona de carácter militar debieron de ser caballerizas y zona del cuerpo de guardia.

    La capilla del castillo es la obra principal de la época románica, y su fecha de construcción puede ubicarse al filo del 1200. Estuvo dedicada a la Magdalena y fue la primera parroquia de Alcañiz. A ella se accede por un atrio que es, en realidad, la planta baja de la torre del Homenaje. A su derecha se dispone una bella portada románica que da acceso a la capilla por la zona de los pies, una de las escasas portadas románicas del Bajo Aragón. Está definida por arquivoltas de medio punto que descansan sobre pares de columnas acodilladas en las jambas, con capiteles prismáticos invertidos, sin decoración. Tanto la línea de impostas como la moldura exterior de las arquivoltas se decoran con un interesante ajedrezado jaqués. La capilla es de una sola nave, de planta rectangular y testero recto. Se cubre con bóveda de cañón apuntado, dividida en cinco tramos por medio de cuatro arcos fajones. Estos arcos se apoyan en columnas adosadas, en el lado de la epístola, y en ménsulas, en el lado del evangelio. En esta obra se aúnan las características románicas con la austeridad cisterciense.

    En el lado del evangelio se encuentran los restos del sepulcro de Juan de Lanuza, virrey de Aragón y comendador mayor de Alcañiz. Esta obra fue contratada por el escultor Damián Forment en 1537 y es el más importante resto renacentista del castillo de Alcañiz. Se trata de un hermoso sepulcro de alabastro blanco, que sigue el prototipo italiano de pared, con arcosolio para cobijar el sarcófago. Destrucciones sucesivas, iniciadas en el siglo XIX y continuadas en el siguiente, han sido la causa del mal estado actual de la obra. En general, su programa iconográfico se centra en la idea de la salvación, del triunfo sobre la muerte. Se han conservado dos espléndidas figuras de virtudes, identificadas con la Prudencia y Fortaleza, depositadas actualmente en la casa consistorial.

    La segunda dependencia de la zona medieval de este castillo es el claustro. Está adosado al muro sur de la capilla y a él se accede por medio de una portada que también abre en arquivoltas de medio punto que descansan sobre pares de columnas acodilladas en las jambas, las cuales poseen interesantes capiteles con motivo de entrelazo. Se construyó a la vez que la capilla, siendo reformado posteriormente, a finales del siglo XIII o principios del XIV, ya dentro del estilo protogótico. Está definido por crujías de dos arcos apuntados, los cuales apoyan en pilares de sección cuadrada. Es también interesante la portada secundaria que comunica el claustro con el patio interior, en la que llama la atención la decoración de su moldura exterior. En el lado este se conservan los restos del sepulcro del comendador García López, bajo arcosolio apuntado.

    Finalmente, dentro de la zona medieval destaca su magnífica torre del Homenaje, obra el siglo XIV, excepto el último piso que es fruto de una restauración posterior. Esta torre se asocia con el nombre de Juan Fernández de Heredia, atendiendo a los escudos que en ella se pueden ver. Es una obra ya plenamente gótica que se construyó al oeste de la capilla, elevándose sobre el atrio que da paso a ésta. Sus plantas están cubiertas por alfarjes separados por arcos diafragmas apuntados. Así, sobre el atrio previo a la capilla, se construyeron tres nuevas plantas. Además, se dispusieron dos pórticos basados en un gran arco apuntado: uno que abarca la puerta del atrio y otro que cubre la caja de escaleras. Se ha indicado la posibilidad de que el espacio correspondiente al atrio de la capilla fuese utilizado originalmente como refectorio. Asimismo, la primera planta o planta noble se ha identificado con el palacio del comendador. En el lado sur de esta planta se abre un magnífico ventanal decorado con arcos entrelazados. La segunda planta se ha relacionado con el dormitorio y en ella se abre una gran ventana geminada. En cuanto a la tercera planta, según los datos obtenidos tras el estudio de las marcas de cantero, parece ser que ya se construyó en el siglo XIV, aunque más tarde se reconstruyó. Sufrió una importante remodelación en el siglo XVI, en tiempos de D. Juan de Lanuza.

    El castillo de Alcañiz conserva uno de los conjuntos de pintura mural más interesantes de Aragón, con la singularidad de que gran parte de sus pinturas son de temática civil, materia escasamente desarrollada en el panorama general de la pintura mural gótica en España. Estas pinturas datan de la primera mitad del siglo XIV, y constituyen una interpretación regional o local del estilo franco-gótico o gótico-lineal. Siguiendo un criterio topográfico, se pueden distinguir en primer lugar las pinturas de la planta noble de la torre del Homenaje, donde se desarrollan temas conectados con las hazañas bélicas del rey Jaime I. Es también muy interesante el menologio que decora el intradós del segundo arco. En las pinturas del atrio o planta baja de la torre domina la temática religiosa, mientras que en las del claustro, muy perdidas, destaca un gran arcángel San Miguel.

    En el siglo XVIII el infante Don Felipe llevó a cabo una profunda reforma del ala sur del castillo medieval, a partir de la cual se creó el gran palacio de los Comendadores, actualmente habilitado como Parador Nacional. En él destaca su fachada principal, que sigue la tradición del palacio aragonés del tardorrenacimiento. Está flanqueada por dos torres y dividida en tres plantas, la inferior de piedra sillar y las dos superiores de ladrillo. En la planta noble se abren balcones y en la superior se desarrolla la característica galería aragonesa, creada por una sucesión de arcos de medio punto y coronada por un gran alero.

    Tras un periodo de ruina, en 1925 el castillo de Alcañiz fue declarado Monumento Nacional, y ya en los años cincuenta fue parcialmente reformado. En la década siguiente, y con la intención de habilitar parte de él como Parador Nacional, se llevó a cabo una profunda reforma y consolidación de este magnífico conjunto.

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Actuación subvencionada por:

Plan avanza

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Gobierno de Aragón

Ayuntamiento de Alcañiz