En el extremo del Arrabal y cercano a la desaparecida puerta de Valencia, se encontraba el convento de San Francisco, del que únicamente se conserva su iglesia. El convento fue fundado en 1524 por Andrés Vives Altafulla. El templo actual se inició en 1738 bajo planos y dirección de fray Anastasio Aznar, y en ella se distingue la influencia ejercida por la iglesia colegial (actual iglesia parroquial de Santa María). Tiene tres naves de igual altura, cubierta la central con bóveda de cañón con lunetos, las laterales con bóveda de arista, y el crucero con una gran cúpula sobre pechinas. Los pilares de separación de las naves son cruciformes y sobre ellos se dispone el fragmento de un gran entablamento que soporta un pequeño pilar.